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Bienvenidos a este espacio:
Con 17 años en el ámbito literario, lo cual nos impulsa a propiciar espacios para escritores noveles con nuestros talleres adscritos a la Red RELATA de MINCULTURA. Somos un equipo dedicado a trabajar en este sueño de versos, historias, creación y mundos por descubrir mediante la lectura y la escritura.

viernes, 20 de julio de 2012

Texto de Gloria Alvarez Arrieta

Canción angelical

 

La madrugada del miércoles  Mariana   no despierta   precisamente por el   llanto de su criatura, sino por un  sonido agudo estridente que venía del jardín exterior; algo así como el chirriar  de dos metales al friccionarlos.   Se sentó en la cama, seco las gotas de sudor que corrían por sus mejillas y pecho.  Se incorporó despacio y camino hacia la ventana de su alcoba que daba hacia el jardín. Miró a través del denso vidrio un  pequeño remolino que recorría de norte a sur la entrada de su casa; sintió que al igual que las hojas giraban, su mente y alma también lo hacían.  Escuchó suavemente una canción angelical y al fondo del celestial coro, una voz fúnebre que decía: “¡Mariaanaaa ven!, Mariana ven!”  Un silencio seco la mantuvo en éxtasis por unos minutos.  A lo lejos percibe el llanto desesperado de un bebé que la despierta del encantamiento. Recordó que era su crío; caminó rápidamente   hacia  la cama y lo abrazo  llevándolo a su pecho. Una sensación extraña la mantuvo en vilo  el resto de la mañana, hasta que logra conciliar sueño.

Muy temprano un tibio beso  la despierta.

 –Hola reina y…  ¿Cómo dormiste? - Pregunta Víctor,  su esposo. La abraza y  acaricia la cabeza.     

-Nada bien, el bebé despertó y un ruido agudo me desveló por completo -Lo mira  y abraza apretándolo  por un rato. Víctor la besa en la frente y se despide.  Mariana se incorpora  dirigiéndose a la cocina en busca de Josefa, su auxiliar de servicios. 

- ¿Todo bien señora?  –Examinándola  de pies a  cabeza. Mariana respira profundo y le dice:¡ Igual que todas estas noches  no dejo de escuchar esa voz  en las madrugadas!  –Se lleva las manos a la cabeza y se hala de los cabellos.

– ¡Por Dios señora Mariana! Cálmese… lo que está es nerviosa, venga y tómese una infusión de amapola que le  hice.  –Contestó Josefa agarrándola del brazo.  Mariana, secas sus lágrimas y bebe un sorbo de  la tibia aromática, se levanta de la mesa. Josefa se acerca a su oído y  susurra  -Señora Mariana, creo  que sé lo que le está sucediendo…  - fija sus ojos en ella  y con voz misteriosa afirma -Según dice mi taita que cuando vienen a buscarlo canticos celestiales, hay que hacerse un baño de hierbas con un consagrado en  esos asuntos espirituales; dejar que lo revisen,  le hagan oraciones y todo, toditito eso,… se va. –Mariana la mira indiferente.  Se suelta y se dirige al cuarto. Se acerca a la cuna, agarra al bebé, se sienta en la mecedora, saca su seno y lo frota en los labios del tierno. Él de inmediato lo aprieta. Mientras conciliaba el sueño, escucha una voz lejana. -¡Marianaaaa! ¡Mariana, allá voy!

 – ¡Ah! ¿Qué es eso, qué es?  ¡Es la voz del infierno! -Expresó  con zozobra.   

 -¡Mariaaanaaa  allá voy!-. –El sonido cada vez es más fuerte-.

 –Mariana allá voyyyy!

 -¡van a estallar mis oídos, van a estallar mis oídos!-su  respiración se acelera y su cuerpo se sacude.  -¡Déjame, déjame!  -Agarra al frágil bebé  y  cual animal salvaje  lo sacude  de un lado a otro, tirándolo en la cuna. Apretando sus dientes le dice: ¡Muérete, muuéretee, muuueereeteeee!  -Sale corriendo calle abajo,   con la mirada desorientada.

 – ¡Señora Mariana, señoraa! ¿A dónde va? –Grita Josefa en un intento para detenerla.

  – ¡Venga, venga niña!  –Se detuvo al  instante y miró a Josefa. Ella observa en su  rostro una palidez tenebrosa,  en sus ojos un abismo infernal…

 

Ahora Mariana angustiada en la sala de urgencias pregunta -¿Qué está sucediendo doctor? ¡Ah, doctor, dígame ¡  -Mirándolo fijamente  y con  voz firme.  -Víctor se acerca a ella la abraza con ternura. -¿Qué me esta sucediendo amor, estoy loca?  –El médico se acerca y explica  -No, no es nada, es solo una crisis de postparto.

 

 

Gloria Alvarez

  

martes, 17 de julio de 2012

Cafeletreando, espacio radial del Taller Páginas de Agua

Apreciados relatos Desde el Taller Páginas de Agua, Relata Sincelejo les invitamos a escuchar nuestra producción radial en Radioteca.net. Nuestro programa se puede escuchar por Unisucre F.M. Emisora Cultural de la Universidad de Sucre todos los jueves 9 p.m. y los viernes 9 a.m.


PROGRAMA 3: PABLO RAMOS, ESCRITOR ARGENTINO INVITADO



PROGRAMA 4: CON POMBO Y PLATILLOS

Un abrazo a todos nuestros oyentes.

sábado, 7 de julio de 2012

Texto de Libardo Caraballo

 

Camino hacia el origen: Relatos de un viajero.

I

El Caso de la Tienda de Antigüedades.

Solo vi como en el inmenso cristal de la tienda de antigüedades se tejía una red, producto del impacto del cráneo de la señora Esther contra este, que terminó con un estallido en dirección opuesta al contacto, liberándose decenas de fragmentos enrojecidos que llegaron hasta el centro de la avenida. La multitud sorprendida atisbaba cuidadosa hacia el interior de la tienda, pero era imposible divisar al “agresor” a través de tantos chécheres viejos y acabados. El cuerpo de la anciana yacía tendido entre la tienda y la acera, nadie se atrevía a acercarse. A los pocos minutos, llegó la policía. Buscaron al interior de la tienda al causante y la causa del tal evento. No encontraron nada, ni rastros de que alguien hubo estado allí.  

El caso causó gran impacto en la ciudad, no se tenían sospechosos, tampoco se tenía  idea de lo ocurrido minutos antes de la muerte. Al parecer las cosas quedarían en tinieblas; los hechos no eran claros. Pasaron varios días y me contacté con Costance, la nieta de Esther, a quien tuve que persuadir para que me dejara entrar a la tienda. Lo logré, con la condición que ella me acompañaría. Al día siguiente, bien temprano, fuimos a ese lugar. Era bastante incomodo andar en el por la inmensa cantidad de antigüedades que allí habían. Comenzamos a rebuscar todo, pero no había escritos ni nada que nos pudiera ayudar a descifrar el caso. Después de dos horas de búsqueda exhaustiva, me posé sobre lo que parecía ser un sofá como del siglo XVIII, y el titilar de algo que se encontraba debajo de una mesa de boticario, finamente tallada en una madera parecida al cedro rojo, llamó mi atención. Me incliné un poco hasta llegar a ella y la tomé, al hacerlo, fue como agarrar un pedazo de hielo seco, mi piel se erizó y la sangre pareció congelarse entre mis venas. El objeto era un Orbe ovoide con un líquido blancuzco en su interior, que en ocasiones parecía cambiar a formas multicolores simulando la emisión de una luz tenue. La observé por unos instantes y mi mente quedó emblanquecida, fue como si hubiesen borrado todo a mí alrededor y me hubiese perdido en un mar de vacio profundo, al recobrar la conciencia me encontraba en mi casa sin la mínima intención de llagar al fondo de lo ocurrido con la señora Esther. 


Visita del escritor Alberto Salcedo Ramos

  Taller de crónica literaria con Alberto Salcedo Ramos en Sincelejo en el mes de mayo. Gracais al Centro Cultural del Banco de la República...